6 de marzo de 2017

¡PÍO! ¡PÍO! ¡QUE YO NO HE SIDO!


Cuando un nuevo miembro va a llegar a nuestro hogar, la elección de su nombre es algo que nos suele traer de cabeza: que si quiero ponerle como se llamaba mi padre, que si me gusta el de un cantante famoso, que si yo prefiero que sea algo original... una decisión de vital importancia en la que muchas veces no nos paramos a pensar en aquel o aquella que va a recibir dicho nombre. Porque amigos, hay que tener en cuenta que el nombre es para toda la vida y que es una decisión que no hay que tomar a la ligera, por eso, hay que pensarlo bien antes de decidirnos.

El nombre propio, según algunos estudios, puede influir incluso en nuestra personalidad y es realmente un problema si la persona que lo recibe no le gusta, como le ocurre al protagonista de nuestra historia, un niño rubio, guapo que tiene seis años y se porta muy bien, pero que no le gusta nada como se llama y evita en todo momento tener que decir su nombre: Pío.


Pío no entiende por qué sus padres le han puesto el nombre del sonido de animal si no hay otros nombres que sean así: ¿te imaginas llamarte Miau, o Guau? Eso sería impensable, piensa Pío, ¡entonces por qué lo han llamado así! se repite continuamente. Y es que a Pío no le consuela que haya importantes reyes, papas o novelistas que se llamen como él, porque seguro que ellos no han tenido que ir a la escuela y que los demás niños se rían de su nombre ni que tampoco su nombre le encante a sus padres o su maestra. Claro, ¡cómo ellos no se llaman Pío!



Pero todo lo que Pío piensa sobre su nombre cambiará el día que llegue una nueva niña al colegio, con un nombre tan bonito como ella y que hará que Pío se replantee si en realidad su nombre no es tan guay como él cree. Pero lo que ocurre entre ellos tendréis que descubrirlo al final de esta bonita historia escrita por Mª del Mar López y que ha ilustrado maravillosamente la italiana Francesca Assirelli. Unas ilustraciones frescas y divertidas, que son el complemento perfecto para esta historia cargada de ternura y dosis de humor, que nos demuestra que la visión que tenemos de las cosas puede cambiar en el momento más inesperado, gracias a la diferente visión que nos pueden ofrecer los demás. 

"¡Pío! ¡Pío! ¡Que yo no he sido!" ha sido editado por Pintar-Pintar.


JOSÉ CARLOS.