27 de octubre de 2015

EL PODADOR DE BONSÁIS.


El protagonista de la historia de hoy se llama Yoshi, un pequeño que pasa largas horas en el jardín de su casa, muy atento a todo, en especial al vecino que se pasaba largas horas cuidando de un pequeño árbol.


Al igual que la mamá de Yoshi le cortaba el pelo y las uñas, el vecino cortaba de vez en cuando las ramas del pequeño árbol. De la misma forma que su mamá lo bañaba, el árbol se alimentaba del agua que su cuidador le proporcionaba. Así, después de varias primaveras y muchos cuidados, el pequeño árbol floreció, conviertiéndose en un verdadero bonsái.


Yoshi pensó que algún día a él le pasaría lo mismo: le crecerían flores, convirtiéndose en un bonsái. Al principio la idea le gustaba, pero llegó un momento en el que decidió que quería dejar de ser pequeño y que debía de cuidarse solo, para convertirse en una  persona mayor, aunque la impaciencia y las prisas alguna vez le jugaran una mala pasada. Nuestro amigo tuvo que esperar... pero todo llega, y al igual que el bonsái, Yoshi al fin creció.


José Campanari ha escrito la tierna, y nos atreveríamos a decir incluso poética, historia de "El podador de bonsáis", en la que a través de las historias paralelas de Yoshi y el bonsái, el escritor nos invita a recorrer las distintas etapas de la vida. 

Nacemos y vamos creciendo como niños, algunas veces felices y otras veces no tanto. Y como a todos nos ha pasado, llega un momento en el que queremos crecer muy rápido para ser tratados como "mayores"; es sin duda, nuestra época más rebelde. 

Y es entonces cuando ocurre: nos convertimos en adultos y empezamos a mirar atrás, añorando al niño que hemos dejado hace tiempo.


Para hacer aun más dulce la historia, nos encontramos con las preciosas imágenes de Luciano Lozano, que nos adentra en el mundo de Yoshi, en su hogar, su familia, su vida. Por tanto, disfrutar de este álbum es disfrutar doblemente: por un lado, del sencillo pero hermoso texto y, por otro, de unas preciosas ilustraciones que podrían hablar por sí solas. Como el propio ilustrador ha dicho: "este es un libro con un hermoso texto minimalista, que José Campanari susurra como un haiku".

Y ya para terminar, el punto definitivo de añoranza y nostalgia a esta historia que nos habla del paso del tiempo, lo pone la estupenda edición de Tres Tigres Tristes, que han creado un álbum que nos recuerda un poco a una edición antigua de un libro japonés, por cosas como el tamaño del álbum, el tipo y color de papel empleado en la edición e, incluso, la tipografía de las letras utilizada en el texto.

JOSÉ CARLOS.