2 de julio de 2010

MI MADRE.


Mi madre no sabía idiomas
pero hablaba con las fresas,
me hacía ensalada rusa
y tortilla a la francesa.

Con este libro he vuelto a ser niño (aunque en realidad, no sé si alguna vez dejé de serlo).

Leer este poemario de Aurelio González Ovies, ilustrado por Job Sánchez, es volver a revivir todos esos dulces momentos que compartí junto a la persona más querida, la persona que siempre me ha acompañado sin condiciones, la persona que más me ha regañado y a la vez más me ha querido. Ella es sin duda quien más ha sufrido por mi y a la vez, más se ha alegrado de mis éxitos... Y es que ella es la persona que nunca querría dejar de ver a mi lado... aún sabiendo que eso es imposible.

Gracias a los autores y a la editorial Pintar-Pintar por este hermoso regalo.


A Carmen, mi madre.
JOSÉ CARLOS.